El ABP se basa en la teoría constructivista y gira en torno al “aprender haciendo” de John Dewey.
La teoría constructivista dice que se aprende construyendo, creando, inventando y desarrollando nuestros conocimientos (Marlowe & Page, 1998).
El ABP es, por tanto, una forma de que los alumnos construyan sus conocimientos a través de una tarea específica en lugar de recibir pasivamente la información del profesor.
(Chris L. Swiden, Effects of Challenge-Based Learning on Student Motivation and Achievement,)
Uno de los elementos clave del CBL es su uso de la tecnología para aplicar soluciones y publicar resultados, obligando a los alumnos a presentar sus conclusiones y reflexiones no sólo a su clase, sino también a su comunidad.
Esta audiencia más amplia mejora el compromiso y ofrece a los alumnos mayores posibilidades de éxito. Además de todo lo que aprenden sobre el tema elegido, los alumnos adquieren habilidades significativas a través de los proyectos de CBL, como compartir el trabajo, colaborar, organizarse y expresarse con mayor eficacia.
Los alumnos adquieren estos valiosos conocimientos aunque el proyecto en sí no tenga éxito. Así pues, el enfoque CBL puede servir de punto de confluencia de cambios en la enseñanza y el aprendizaje, al incorporar aspectos del aprendizaje experimental, la tecnología multimedia, la interacción social y la voluntad de mirar más allá de las paredes del aula en busca de oportunidades educativas.